Creo que no hacen falta ejemplos que ayuden a entender las relaciones que hay entre la música y el lenguaje. Pero voy a usar uno. Igual que para escribir música tenemos, muy básicamente, la parte cromática (las notas) y la parte rítmica (en qué momento van esas notas y qué silencios hay), en el lenguaje escrito la puntuación sería la responsable de gran parte de esta sección rítmica.
Por cierto, aclarar que me dirijo al amante o profesional de estos temas: redactor publicitario, aficionado a la lectura, periodista, escritor de best-sellers, robot de Google... Mucho de lo que voy a comentar ya lo sabrás, pero la idea es ofrecer un contenido útil, ameno si es posible y que estimule, ojalá, tu interés por las palabras. O como, en esta ocasión, por los trazos que hay entre ellas.
Vamos por partes: el punto
El punto está bastante claro, lo usamos para separar frases con significado completo. Y si cambiamos de tema, cambiamos de párrafo. Aunque es conveniente evitar, si acaso, esta tendencia que tenemos a veces de aislar frases haciendo párrafos muy cortos, a modo casi de prosa poética:
De este modo. Por dar énfasis.
O no sé por qué.
Vete a saber.
Si no eres community de un instagrammer, o estás haciendo un caligrama, un manifiesto o algo así, evita esto, hazme el favor: cada idea va ordenada y en un párrafo. Obviamente, con las excepciones y las normas que te va a imponer cada formato. Por ejemplo, para un claim todo vale, no hay reglas; pero el brochure para una universidad ha de estar impecable; o en el caso que comentaba de las redes sociales, que iba en broma pero también en serio, la voz de tu producto mandaría.
También es habitual, sobre todo cuando somos más jóvenes y efectistas, cerrar los textos de opinión con alguna frase lapidaria y breve. Dosifica este recurso con mucho cuidado. Sí, es potente y cierra muy bien, pero es como acabar tu texto con un "he dicho", un "porque yo lo valgo", un golpe en la mesa que no siempre es necesario.
Las comas no son para respirar
O no solo. Sirven para eso en el momento de la lectura en voz alta, claro está, pero no es esa su función tanto como la de organizar una enumeración, separar elementos en un enunciado, resolver elipsis, hacer acotaciones... Aquí tienes toda la información para que la guardes en favoritos, pero vamos a detenernos en los errores más comunes. ¡Por fin algo útil!
- La coma del vocativo.
- La coma criminal.
- Con la "y".
- Con "pero".
- Con "ya que", "pues" o "puesto que".
- Con "porque".
- Con paréntesis, exclamación e interrogación.
- En los números.
- El punto y coma.
Con este decálogo (¿sabías que un decálogo no tiene por qué constar de diez elementos?) podremos resolver casi cualquier situación, ahora que tenemos claro "dónde está el peligro". Supongo que ya conocías la web de Fundéu, o la de Castellano Actual. Otro sitio absolutamente fiable, y con el que te dejo para terminar, es el canal de Blog de Lengua.
Actualización 10/05: En el siguiente hilo de Twitter de CarlosGaMart, doctor en Lengua Española, tienes recopilado estupendamente, de forma exhaustiva y con ejemplos, el uso de las comas.